Ana, hoy de repente estuve recordando tantas cosas debido a que mañana 24 es tu cumpleaños. Si supieras la infinidad de cosas que recordé te morirías de risa, sin darme cuenta me encontré extrañando todas esas locuras que compartimos hace tanto tiempo. Me encontré de pronto extrañando jugar a las mamás y hacer arepitas de barro, cocinar con “Malila” mini papitas fritas, mini tajadas y mini empanaditas, comer escondidas con todos los muchachos mango verde con sal, adobo, cubito, salsa de soya y todo tipo de especias que encontráramos en la nevera, esa misma nevera vieja que soltaba hielitos en escarcha y jugábamos a que era nieve. Inventábamos hacer las pijamadas y dormir en tu casa aún cuando estaba al lado de la mía, y viceversa; allí ya empezamos a hacer ya nuestras propias arepas "con diablito". Ana, extraño ir a la playa y embarrarnos de aceite y regresar exageradamente negras quejándonos por la insolación. Extraño nuestra obsesión por hacer ejercicios con todas las rutinas de revistas para adolescentes pegadas en la pared de mi cuarto, para después ir a comer en grandísimas cantidades "galletas Maria" con arequipe o leche condensada. Extraño tus berrinches y tus peleas con tu papá porque no te dejaba ser novia de (...) . Extraño cambiarnos el color del cabello cada tres semanas, pedirnos ropa prestada, andar con el reproductor de música de aquí para allá y de allá para acá dependiendo del sitio de reunión.
¿Quién romperá el silencio?
