LA TIERRA EN MINIATURA
2006-12-29
2006-12-26
De Libélulas
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Mi amor flota con nenúfares es un estanque de libélulas azules.
El tuyo es un trío de golondrinas en un bosque de papel.
Centellas negras atravesando nubes.
Mi amor será agua del vapor de un barco, carboncillo en tuyo.
Pulido anaquel para colgar platos.
Para colgar platos con lindos dibujos de árboles floridos.
Para nuevas noches cálidas de olvidos.
El amor es de luz que pasa por ojos de puente romano.
Luz cambiante que acaricio sus sillares con las manos que los tallaron.
Nuestro amor es busto de arcilla de bella liberta con pendientes.
Es de hojas blancas de té de aromas húmedos de los orientes.
Mi amor flota con nenúfares en un estanque de libélulas azules.
Castillo es, tejado de golondrinas en un bosque de papel.
Abandonadas ruinas bajo las nubes.
El arpa da notas, trémula de rosas, y en tu breve boca refila la flauta, viruta de brozas.
De broza de rizos, limaduras de ángel.
De tu aliento dulce mazapan en bucles y anisillo en gotas.
Quemaré desde hoy mis rastrojos a diosas celestiales y en noches sin luna, candiles votivos de buenos augurios a los nuevos amores.
No será más, mi amor, mano firme de anillo de mimbre ajustado.
Ya por siempre será de fierro argentino.
Su vaina de cuero gastado.
-Manolo García-
2006-12-23
2006-12-22
Dime si adentro de tí no oyes tu corazón partir
Este breve cuento va dedicado a todas las madres en esta navidad, sobretodo a mi hermanita linda que este año se le concedió el milagro de ser madre y a mí por ser tía :P, por supuesto también a mi mamita y a mis amigas bloggeras que han vivido la maravillosa experiencia de ser mamá (Azul, Ontokita, entre otras.)
Espero les guste.
"Y dime si adentro de tí no oyes tu corazón partir, y si de tí todo se ha ido y todo está por llegar y todo está en este viaje y todo es nuevo y vuelve". -Ramón Palomares-
Espero les guste.
"Y dime si adentro de tí no oyes tu corazón partir, y si de tí todo se ha ido y todo está por llegar y todo está en este viaje y todo es nuevo y vuelve". -Ramón Palomares-
Está durmiendo ahora, su carita pegada al rosado de la sábana arrugada, y los brazos en arco alrededor. Siento un sobresalto de sólo pensar que puede despertar en este mismo instante. La historia diaria tiene su horario estipulado: darle de comer en la madrugada tomándolo en brazos y percibiendo esa suavidad tan suya, esa menudencia de sus partes, me gusta el lustre de sus labios o las plantas de los pies, las curvaturas que abundan por todas partes. La faena del alimento, el cambio de pañales, el dormirlo y siempre este contemplar su presencia, brillo de párpados y labios.
Lo miro y me pregunto muchas cosas. Cómo pudo nacer. Cómo puede estar atento descubriendo la nueva vida de las cosas, es una ternura extraña, una ternura triste (es como ir a la versión cinematográfica de “mujercitas”, a los nueve años, con el hermano mayor, y sentir unas ganas de llorar profundas y no poder hacerlo porque el hermano mayor se avergonzaría de nosotras).
Los nenés son toda fragilidad como las plantas. Ellas están allí, solas, uno las ve en sus porrones, en los jardines, están allí respirando tranquilas, dando nuevas hojas o marchitándose. Ellas son una presencia frente a nosotros. Si se les rompe una rama no pueden decir:-Mira, me rompiste una rama-, si tienen sed o demasiada agua tampoco podrán decírnoslo, tampoco pueden decir –Me duele, estoy triste-. No pueden decirnos nada. Ellas tienen que esperar a que nos demos cuenta, a que las ayudemos con las hojas secas o/a que las cambiemos de porrón. Ellas tienen que esperar… Bueno, lo mismo ocurre con los nenés, si tiene hambre o le da calor o está incómodo depende siempre de que queramos ayudarlo.
Por eso me produce una especie de temeridad de futuro. Ahora es pequeño, lo puedo proteger entre mis manos, pero luego, cuando aprenda a moverse con sus propias piernas, qué pasará con él. Hay algo en los ojos de los niños que siempre me conmueve y me asusta, algo solitario y distante.En los ojos del nené veo los de mamá al mismo tiempo, claro, ella; callada, seria, solitaria, sin sonrisas, mi mamá con insomnio, mi mamá siempre pensando en otra cosa, callada frente a la mesa sola, fumándose una, dos, tres cajetillas de cigarro, mi mamá viendo por la ventana la mata de níspero. Mi mamá pensando en algo que le faltó por hacer en la vida, y no le puedes decir a la vida –espérate, vida, que todavía me falta esto-; mi mamá desesperadamente contando los días y deseando comenzar de nuevo, mi mamá sentada en la mecedora con alguna de mis hermanas en el regazo, cantando: -“Las flores que me diste cuando me amabas/ se secaron al soplo de tu inconstancia/ y todavía, y todavía/ eres tú la esperanza del alma mía/”-. Y yo que pienso en eso que ella cantaba y en las cosas que yo misma le canto ahora a mi hijo, y en los juegos que jugamos y en los que ella jugó alguna vez conmigo. (“¡Este dedito se encontró un huevito…!). Pienso pues en mamá y en la vida de este nené y en la muerte de ella, y todo se suma en una sola cosa, en un trasfondo de corazón impenetrable, como si descubriera como una anunciación el círculo del eterno retorno, la relación entre la vida que se inicia y la que se extingue.Hay extrañas y misteriosas intuiciones alrededor de todo esto; la de la leche: cuando mi hijo iba a nacer yo me preguntaba cómo sería eso de la leche, cómo comenzaría yo a tener leche para alimentarlo, y… ocurrió: sentí el líquido claro y tibio dentro de mí y entonces lo tomé en brazos y me preguntaba si él sabría succionar, y lo hizo (a él como que ya le habían explicado el asunto…), se veía tan seguro, con los ojitos cerrados, como si lo hubiera hecho siempre; a eso me refiero cuando hablo del círculo, si mi nené fuera una niña repetiría dentro de unos años lo que yo hago ahora, creo que en eso está el motivo central de la razón de ser (y no se trata de asumir una postura filosófica, sino de algo más tangible, de piel); es la vida y la muerte en un binomio, es el nacimiento de mi hijo y la muerte de mi madre, y mi propio nacimiento y la muerte de mi abuela y mi propia muerte, todas en una, se trata de algo que nos incluye a todos y que va desde las canciones que recordamos hasta los gestos más imprecisos; y es la vida en un estallido hermoso y espectacular y la muerte en su oscuridad y su calma. Y ahora llovió y escampó y entró agua por la ventana y mojó las hojas de papel y ya se secaron y ya salió el sol otra vez, y ya se despertó mi hijo y yo debo cuidarlo como hubiera mi mamá conmigo o mi abuela con ella…
-Laura Antillano-
Fotografías de Anne Geddes, obviamente.
Lo miro y me pregunto muchas cosas. Cómo pudo nacer. Cómo puede estar atento descubriendo la nueva vida de las cosas, es una ternura extraña, una ternura triste (es como ir a la versión cinematográfica de “mujercitas”, a los nueve años, con el hermano mayor, y sentir unas ganas de llorar profundas y no poder hacerlo porque el hermano mayor se avergonzaría de nosotras).
Los nenés son toda fragilidad como las plantas. Ellas están allí, solas, uno las ve en sus porrones, en los jardines, están allí respirando tranquilas, dando nuevas hojas o marchitándose. Ellas son una presencia frente a nosotros. Si se les rompe una rama no pueden decir:-Mira, me rompiste una rama-, si tienen sed o demasiada agua tampoco podrán decírnoslo, tampoco pueden decir –Me duele, estoy triste-. No pueden decirnos nada. Ellas tienen que esperar a que nos demos cuenta, a que las ayudemos con las hojas secas o/a que las cambiemos de porrón. Ellas tienen que esperar… Bueno, lo mismo ocurre con los nenés, si tiene hambre o le da calor o está incómodo depende siempre de que queramos ayudarlo.
Por eso me produce una especie de temeridad de futuro. Ahora es pequeño, lo puedo proteger entre mis manos, pero luego, cuando aprenda a moverse con sus propias piernas, qué pasará con él. Hay algo en los ojos de los niños que siempre me conmueve y me asusta, algo solitario y distante.En los ojos del nené veo los de mamá al mismo tiempo, claro, ella; callada, seria, solitaria, sin sonrisas, mi mamá con insomnio, mi mamá siempre pensando en otra cosa, callada frente a la mesa sola, fumándose una, dos, tres cajetillas de cigarro, mi mamá viendo por la ventana la mata de níspero. Mi mamá pensando en algo que le faltó por hacer en la vida, y no le puedes decir a la vida –espérate, vida, que todavía me falta esto-; mi mamá desesperadamente contando los días y deseando comenzar de nuevo, mi mamá sentada en la mecedora con alguna de mis hermanas en el regazo, cantando: -“Las flores que me diste cuando me amabas/ se secaron al soplo de tu inconstancia/ y todavía, y todavía/ eres tú la esperanza del alma mía/”-. Y yo que pienso en eso que ella cantaba y en las cosas que yo misma le canto ahora a mi hijo, y en los juegos que jugamos y en los que ella jugó alguna vez conmigo. (“¡Este dedito se encontró un huevito…!). Pienso pues en mamá y en la vida de este nené y en la muerte de ella, y todo se suma en una sola cosa, en un trasfondo de corazón impenetrable, como si descubriera como una anunciación el círculo del eterno retorno, la relación entre la vida que se inicia y la que se extingue.Hay extrañas y misteriosas intuiciones alrededor de todo esto; la de la leche: cuando mi hijo iba a nacer yo me preguntaba cómo sería eso de la leche, cómo comenzaría yo a tener leche para alimentarlo, y… ocurrió: sentí el líquido claro y tibio dentro de mí y entonces lo tomé en brazos y me preguntaba si él sabría succionar, y lo hizo (a él como que ya le habían explicado el asunto…), se veía tan seguro, con los ojitos cerrados, como si lo hubiera hecho siempre; a eso me refiero cuando hablo del círculo, si mi nené fuera una niña repetiría dentro de unos años lo que yo hago ahora, creo que en eso está el motivo central de la razón de ser (y no se trata de asumir una postura filosófica, sino de algo más tangible, de piel); es la vida y la muerte en un binomio, es el nacimiento de mi hijo y la muerte de mi madre, y mi propio nacimiento y la muerte de mi abuela y mi propia muerte, todas en una, se trata de algo que nos incluye a todos y que va desde las canciones que recordamos hasta los gestos más imprecisos; y es la vida en un estallido hermoso y espectacular y la muerte en su oscuridad y su calma. Y ahora llovió y escampó y entró agua por la ventana y mojó las hojas de papel y ya se secaron y ya salió el sol otra vez, y ya se despertó mi hijo y yo debo cuidarlo como hubiera mi mamá conmigo o mi abuela con ella…
-Laura Antillano-
Fotografías de Anne Geddes, obviamente.
2006-12-19
2006-12-18
2006-12-16
Un paréntesis por favor...
Me motivé a escribir este post por los inconvenientes que estamos teniendo a la hora de comentar en diferentes blogs. Yo supongo que a much@s les habrá pasado al momento de cambiar a la versión beta de Blogger, al parecer se genera un error cuando intentamos comentar desde blogs con versión beta a los no-betas y viceversa. Si es del agrado de ustedes cambiar a la versión beta sería genial, yo apenas saco unos minutos para postear y comentar en sus blogs (en algunos entro como usuario de otras páginas web), pero tengo entendido que esta versión tiene mejores funciones, cuando tenga un tiempito me pongo a chequearlo todo a ver si me cambio el look :)
En fin, l@s invito a tod@s a cambiar a la version beta o por lo menos configurar sus blogs de manera que otros usuarios puedan comentar (revisen en moderar comentarios).
Les dejo un abrazo Betificado y des-betificado :P
En fin, l@s invito a tod@s a cambiar a la version beta o por lo menos configurar sus blogs de manera que otros usuarios puedan comentar (revisen en moderar comentarios).
Les dejo un abrazo Betificado y des-betificado :P
2006-12-13
2006-12-11
Ponle play para que disfrutes!!!
En mi universidad hay una linda lagunita
.
Donde para distraerte puedes pasar un buen rato por allí
.
Te puedes encontrar vistas tan lindas como esta
.
Y animalitos lindos como este
.
Y florecitas lindas como estas otras
.
Pero nadie...
.
Nadie... Nadie me cree cuando digo que puedes conseguirte...
con criaturitas tan tiernas como estas.
..
.
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Donde para distraerte puedes pasar un buen rato por allí
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Te puedes encontrar vistas tan lindas como esta
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Y animalitos lindos como este
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Y florecitas lindas como estas otras
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Pero nadie...
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Nadie... Nadie me cree cuando digo que puedes conseguirte...
con criaturitas tan tiernas como estas.
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2006-12-04
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