2006-07-27

No fué más que un susto

Después de mi rutina diaria en la universidad me dirijo a la parada de autobuses que me llevan a mi casa, espero 10 minutos más o menos, llega un autobús que no suelo usar pero igual va hacia la misma ruta, me subo al autobús, no hay más de tres personas, esperan por 5 personas más y arranca vía la costa, el cansancio por el trasnocho del día anterior me vence y me quedo dormida, luego de unos minutos un ruido espantoso seguido de un tirón que me lleva cuatro puestos hacia delante me despierta, tengo personas debajo de mí, vidrios rotos, gritos y desesperación, efectivamente nos han chocado, salgo del bus inmediatamente, la gente grita, los heridos se quejan, no logro reaccionar y entender lo que está pasando, solo veo como desde afuera y en cámara lenta mucho movimiento y rostros llenos de miedo y de sangre, me toco y busco heridas en mi cuerpo y en mi rostro, veo sangre, son mis manos, tienen vidrios incrustados, no siento dolor. Llegan las ambulancias, llegan los paramédicos a socorrer a los heridos, hay gente atrapada en el autobús y en la camioneta que nos impactó, llamo a mi hermano para avisarle, mi papá viene en camino, me descuido y se llevan a los heridos, yo me quedo esperando, después de todo no estoy tan mal como los demás, llegan los bomberos, no logran sacar al chofer de la Pick-up, ha muerto. Mientras espero a mi padre comienzo a sentir dolor en las piernas y en el cuello, la sangre ya ha parado, hay muchas personas observando, llega mi padre me abraza y me lleva a donde pudo estacionar el carro, allí está mi madre, está más nerviosa que yo, nos vamos directo al hospital, el dolor se hace cada vez más fuerte, me examinan me dan la orden para las radiografías y me enjuagan los ojos, tengo mucho vidrio, me sacan los que han quedado en mis manos y me voy a casa, agradeciendo la suerte de sobrevivir y de irme sin lesiones graves, ahora solo queda el mal recuerdo del impacto, viene a mí cada cinco minutos, no puedo olvidarlo, el dolor en el cuello continúa, no puedo mover los hombros bruscamente, ahora ya estoy cansada, me voy a dormir (si es que puedo), me pica la cabeza, aún tengo vidrios en el pelo.

Se les quiere y se les aprecia ahora más que nunca...

Abrazos temblorosos para todos.

11 comentarios:

Jordan Guerra dijo...

Un día como cualquier otro te despiertas con la emoción de navidad y ves el cielo oscuro, y piensas "va a llover" como llueve siempre. Al otro día te das cuenta que la lluvia no es como lo acostumbrado, llueve mucho más. Unos de mis miedos más grande siempre fué una arremetida del mar, pero no fué eso lo que sucedió; fué la montaña convertida en fluido que bajó sin dejar mucho a su paso...

No les voy a contar detalles porque podría escribir cientos de hojas. En conclusión mi vida no fué la misma desde ese "día" de Navidad....

Estas cosas son las que nos recuerdan lo pequeños y vulnerables que somos en este mundo indomable....

TE QUIERO,

JAGA611

eika dijo...

Te quiero más!!!!

Aphix Lewis dijo...

Ps, vaya experiencia, felicidades, saludos

Aphix Lewis dijo...
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Cosette dijo...

¡Qué fuerte experiencia! No sé porque, pues ni te conozco, pero me alegra mucho que salieras sólo con lesiones menores.

Yume dijo...

me alegro de que no te haya sucedido a ti nada realmente grave, y esas experiencias te marcan realmente...
en verdad por algo sigues aqui, y vaya q curioso q coincidio en algo mi blog con el tuyo

J.C.Morgado dijo...

Visito permanentemente tu blog y me alegro de que no te haya sucedido nada grave.

Un abrazo a la distancia y quizás este accidente te sirva para valorar más a tus seres queridos.

:)

otra marie dijo...

:(

demonios... al menos tus hijos y nietos podran escucharlo de tu boca..

eika dijo...

Muchas gracias a todos...

Un abrazo fuerte!!!!

Rolando Escaró dijo...

cosas como esa nos dejan con un aprecio diferente a la vida.

espero que el temor se te pase pronto, al igual que los dolores

AsDePiqas dijo...

Xiusssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss



Yo estuve una vez a dos dedos de conventirme en tortilla por cortesía de un BMW que ni siquiera frenó...